jueves, 10 de diciembre de 2015

C. D. COLUNGA- U. P. LANGREO (EL GESTO DEPORTIVO DE NUÑO ES AGRADECIDO POR EL EQUIPO LOCAL)




En la actualidad, dentro del mundo del deporte, es muy, pero que muy difícil, ver situaciones como la que se produjo ayer miércoles en el campo del Santianes de Colunga. Se disputaba un partido correspondiente a la tercera división del fútbol asturiano, en el que se enfrentaban el cuarto y el quinto en la tabla clasificatoria, con 31 puntos cada uno de ellos, después de 15 jornadas disputadas.

Llegados al minuto 80, el marcador reflejaba un 0-5 a favor del conjunto visitante, la lucha por la posesión del esférico, discurría en la zona central del terreno de juego cuando, súbitamente, el colegiado para el juego, y se dirige hacia el portero local, el cual estaba dentro de su área, y al que, antes de llegar a su altura, le muestra tarjeta amarilla. Desde la distancia a la que nosotros nos encontrábamos, no acertamos a saber lo sucedido, pero creemos, que algo tuvo que decirle el jugador para que actuase de ese modo. Hasta aquí, todo normal; lo, no vamos a llamarlo inaudito, ni inverosímil, pero si raro, sucedió a continuación. Cuando los jugadores locales ya se estaban colocando bajo los palos (recordemos que la acción se produjo dentro del área), el público asistente, seguidores de ambos equipos, comenzaron a gritar para que quien lanzase la falta, enviase el balón fuera, entendiendo que el colegiado, tal y como había pasado durante algunos momentos del encuentro, quería erigirse en protagonista una vez más. De repente, observamos como los jugadores del Colunga, se retiran de la posición que estaban ocupando, y dejan el camino entre el fondo de la portería y la situación del esférico totalmente libre de obstáculos. Preparados para lanzar la falta, estaban Claudio y Kike, ambos jugadores, una vez autorizados por el árbitro a efectuar el lanzamiento, dan la impresión de encontrarse desconcertados ante lo que estaba sucediendo y en ese momento, llega su capitán Nuño, el cual le pide al primero de sus compañeros le pase el balón y una vez recibido, envía éste fuera del terreno de juego entre los aplausos de la mayoría de los asistentes y también el cabreo de alguno que otro.






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