jueves, 5 de septiembre de 2013

Automoción

Cinco años de crisis han acabado con el 23,4% del empleo de la industria española de automoción, lo que ha dejado fuera del mercado laboral a cerca de 74.000 trabajadores y trabajadoras, según un reciente estudio elaborado por la Federación de Industria de CCOO. La producción de vehículos sufrió durante ese período una reducción del 32% y la exportación cayó casi un 28%. Sin embargo, gracias al impulso inversor de las empresas y a los importantes sacrificios que han asumido las plantillas, la actividad de los fabricantes está garantizada durante los próximos cinco años. Pero este sindicato advierte que ese esfuerzo caerá en saco roto si España no elabora con urgencia una estrategia decidida y común para el sector.  

Desde el año 2000, la industria española de automoción ha perdido el 25% del empleo y cuatro
puntos de su contribución al PIB, es decir, todo lo que había acumulado durante la década de
los noventa, y ha pasado a ocupar el puesto número 12 del ranking mundial de productores de
vehículos. Pese a que se ha asegurado la actividad de todas las factorías durante el próximo
lustro gracias a la negociación colectiva y a la predisposición de sindicatos y trabajadores,
CCOO llama a las administraciones públicas a adquirir con urgencia compromisos que doten
de estabilidad a un sector que representa una parte importante del tejido productivo y que
arrastra fuertes dependencias y debilidades que habría que superar.
Esa es una de las conclusiones que se extraen del informe “La industria de automoción.
Balance de la crisis y propuestas de actuación”, que ha elaborado la Federación de Industria
de CCOO. Un documento que se presentó ayer en el transcurso de la reunión que mantuvo en
Madrid la coordinadora de CCOO en el sector de automoción, de la que forman parte
representantes de este sindicato en las empresas fabricantes de automóviles y camiones. En
esa reunión se analizó la situación y perspectivas del sector en España.
Este detallado informe, de un centenar de páginas, analiza las causas del derrumbe de los
mercados europeos, aborda la evolución de la industria española del automóvil desde que
estalló la crisis (infrautilización de las factorías y caída de la producción, exportaciones y
empleo) y detalla cuáles son sus fortalezas y debilidades (un tejido industrial consolidado,
fábricas y mano de obra especializadas, con plantas excesivamente dependientes del mercado
exterior, así como un déficit importante en logística y un alto coste de la energía). Acaba el
informe con las propuestas de actuación de CCOO para el sector del auto, que se resumen en
afrontar la fuerte competitividad de los mercados globales, determinar el papel de las
administraciones públicas, conciliar la vertiente económica, medioambiental y social y la aplicación tecnológica, como principal factor de competitividad.

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