IMPOTENCIA,
ese es el sentimiento que les quedó a los seguidores, cuerpo técnico y jugadores del equipo local ante la actitud y el modo de impartir justicia de quien en teoría estaba designado para tal fin. Su actitud desde un principio daba muestra de que el encuentro, no tenía buena pinta para los de casa; más empeñado en vigilar a los villaviciosinos que en controlar el juego, solo veía manos y más manos para poder sancionar a los de Acebal.
Si en ocasiones escuchamos o leemos la expresión:
MANDAR AL ÁRBITRO A LA NEVERA
en esta ocasión valdría más la de:
¡MANDAR AL ÁRBITRO AL POLO NORTE!
El encuentro en sí, estaba resultando bastante disputado entre dos conjuntos que intentaban crear juego y con ello acercarse con peligro a la meta rival.
El primer gol llegó en el minuto 18 por mediación de Rubén al rematar un balón desde dentro del area.
La segunda parte, ya con 2 jugadores menos sobre el campo, el Villaviciosa, se replegó y logró a la contra, sus mejores ocasiones, como por ejemplo dos remates de cabeza de Marcos que se estrellaron uno en el poste, y otro en el larguero, u otra de Robledo que no llega a rematar por muy poco.
En el 74´, justa expulsión de Peruyera por detener el balón con las manos dentro de su area, por lo tanto penalty, que el meta Rominger acertó a detener.
El segundo gol vendría como consecuencia de un contragolpe bien llevado por los del Manuel Rubio y su autor fue el mismo que había conseguido el primero, Rubén.
En tiempo de descuento más expulsiones en su particular concierto en DO MAYOR del señor colegiado.
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