CCOO exige al Gobierno que deje de estrangular
a las empresas que dependen de la SEPI
La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales se empeña en llevarlas a una situación
límite al imponer normas y prácticas exportadas de la Administración General del Estado,
cuando se trata de sociedades mercantiles
La política de austeridad y de recortes que practica el Gobierno de Rajoy ha
puesto en peligro la competitividad y la viabilidad de las empresas que dependen
de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). CCOO advierte que,
de continuar esta situación, Navantia, Hunosa, MAYASA, ENWESA, ENRESA,
ENUSA y ENSA se encontrarán en una situación dramática y verán amenazada su
viabilidad, al igual que otras empresas públicas.
CCOO de Industria asiste con preocupación a la situación que se vive en los centros de trabajo
que dependen de las decisiones presupuestarias del Gobierno. Se pretende implantar en las
empresas del sector público el modelo que se aplica a rajatabla en la Administración General
del Estado. Se imponen normas y prácticas importadas a empresas que deben competir en
mercados libres, que las hacen prácticamente inoperantes y que provocan demoras,
ineficiencias y situaciones que comprometen la seguridad y la prevención de riesgos laborales.
En Navantia, Hunosa, ENUSA, ENSA, MAYASA, ENWESA y ENRESA, todas de capital público
y muchas del sector nuclear, se tienen que enfrentar a diario a la inseguridad jurídica que
genera la aplicación de la normativa del sector público en sociedades mercantiles. Estos
criterios, sumados a lo legislado en los últimos Presupuestos Generales del Estado, impiden
que en estas empresas se pueda contratar personal de manera adecuada, tanto para atender
nuevas necesidades, como para cubrir las bajas que se van produciendo, lo que ya ha
provocado la pérdida de algún contrato, advierte CCOO.
Con estas prácticas, el Gobierno y la SEPI presumen de mejorar la productividad y eficiencia de
estas empresas, cuando lo único que hacen es incrementar el esfuerzo de los trabajadores y
trabajadoras, evidenciando una política de corto alcance y recorrido. Congelan la promoción
interna, dificultan la necesidad de cubrir puestos vacantes, contribuyen al envejecimiento de las
plantillas, paralizan las inversiones y vapulean a la industria auxiliar, que sufre las
consecuencias de la mala gestión. De mantenerse esta situación en el tiempo, se
comprometerá la capacidad de estas empresas de acceder a determinadas oportunidades, lo
que podría poner en riesgo la supervivencia de algunas factorías, lamenta CCOO.
CCOO de Industria exige al Gobierno, y a los responsables de la gestión de estas empresas
(SEPI), que asuman su responsabilidad: que dejen de mirar para otro lado y potencien uno de
los activos industriales de este país. En un país con cinco millones de parados es necesario que
se mantenga el empleo y la generación de riqueza en los entornos geográficos donde estas
empresas públicas están implantadas.
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