martes, 10 de marzo de 2015

Defensa



CCOO de Industria no puede entender que el Ministerio de Defensa haya
adjudicado a IMI, una empresa israelí financiada con capital público, un contrato
de munición para las fuerzas armadas. Como lo único que parece importarle al
Gobierno es el precio final del producto, y no su calidad ni los puestos de trabajo
que su fabricación podría generar en la industria española de defensa, se quiere
dejar escapar una oportunidad que al final le saldría muy cara. Este sindicato
denuncia que actitudes como esta laminan las estructuras de la industria
española, que no dejan de perder potencial, recursos y plantillas.
10 de marzo

Finalmente se han confirmado los peores augurios. Pese a que CCOO de Industria llevaba
meses insistiendo en que la fábrica que Nammo tiene en Palencia estaba atravesando
momentos de poca ocupación y de mucho desasosiego, el Ministerio de Defensa parece que ha
hecho oídos sordos a la preocupación de sus trabajadores y trabajadoras. Según la información
a la que ha tenido acceso este sindicato, en un primer momento se ha decidido que sea Israel
Military Industries (IMI) la empresa que suministre de munición del calibre 5,56 a las fuerzas
armadas españolas durante los próximos seis años.
Este sindicato denuncia tanto la manera en que se ha llevado a cabo la operación, como el
resultado final. Llegado el momento de buscar proveedor, el Ministerio de Defensa decidió
recurrir a un concurso donde el precio final fuera el factor determinante, en detrimento de otros
criterios que para CCOO son fundamentales, como la calidad del producto, el empleo que
genera su fabricación, la ubicación y la empleabilidad de la empresa que finalmente se hiciera
con el contrato.
En el escrito que el presidente del comité de empresa dirigió en febrero al secretario de Estado
de Defensa ya denunciaba la situación y recordaba a Pedro Argüelles que la fábrica de Palencia
había suministrado durante años al Ministerio de Defensa más de 60 millones de estos
cartuchos “sin que haya habido la más mínima queja”. La defensa individual de un soldado en
un momento comprometido, se aseguraba en la carta, “no debe tener cualquier precio”. Por eso
este sindicato confía en que la decisión no sea definitiva y que el Gobierno recapacite.
Lo más sangrante de todo esto, advierte CCOO, es que quien se habría hecho con el contrato
ha ofrecido un céntimo de euro más por cartucho. Los ministerios de Defensa e Industria olvidan
que el dinero que se ahorrarán ahora lo podrían perder con creces en subsidios, en el caso de
que la plantilla pierda su empleo por falta de carga de trabajo. Para evitar que eso suceda,
CCOO ya ha movilizado a los trabajadores y trabajadoras de la fábrica de armas de Nammo.
Los criterios economicistas son una carta abierta a posibles ajustes.


No hay comentarios:

Publicar un comentario