Y no lo decimos por la derrota, sino por la actitud y el comportamiento sobre el terreno de juego.
Es cierto que la temporada está finalizando, es cierto que metas para la consecución de algo más positivo que mantener la categoría son arduas, pero lo que bajo ningún concepto se puede permitir a un conjunto es perder las formas.
Nadie está obligado a ganar, ni siquiera a empatar; la posibilidad de ser derrotados siempre está ahí.
Como dice una canción: "las obras quedan las gentes se van" y en este caso, quien se queda, es el nombre del E. I. F. Villaviciosa.
Cuando alguien no tiene predisposición para sacar adelante su trabajo, aunque solo sea por respeto al resto de sus compañeros, es preferible comunicarlo a dar la callada por respuesta. Reconocemos que estas palabras pueden sonar duras, pero no es más que fiel reflejo de la realidad.
Ya en el terreno deportivo, decir que el conjunto visitante se adelantó a los 13 minutos de juego con un gol de Alejandro al que respondió Javier logrando el empate dos minutos más tarde.
El 1-2 subió al marcador a los 33 minutos obra de David y hubo que esperar hasta el 87 para ver el definitivo 1-3.
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