Sindicatos, políticos y empresarios, participantes en la jornada de debate
celebrada hoy en la sede de CDTI y organizada por MCA-UGT, CCOO de
Industria y TEDAE, coinciden en la necesidad de que España impulse la
industria de defensa y de seguridad y que genere una pacto de Estado en esta
materia, entre las principales conclusiones de este encuentro.
El acto, conducido por José Ignacio San Miguel, secretario federal de MCA-UGT,
contó con la bienvenida de María Luisa Poncela García, secretaria general de
Ciencia, Tecnología e Innovación, que señaló que el Ministerio de Economía tiene
como objetivo potenciar la I+d+i, una de las principales facetas del sector de
defensa, y resaltó la participación de la industria española en programas
tecnológicos europeos, como el espacial o el aeronáutico.
En la sesión de apertura, Begoña Cristeto Blasco, secretaria general de Industria y
de la PYME, destacó que la industria lidera la creación de empleo y debe
convertirse en uno de los motores del crecimiento de la economía. Señaló que la
industria tiene un peso del 16% del PIB, aún lejos del 18% que tuvo en el año 2000.
Opinó que la política industrial para el Gobierno es una política de Estado y una
política activa, para conseguir en el año 2020 el objetivo europeo de que la industria
tenga un peso del 20% en el PIB. Destacó que otro de los sectores estratégicos que
pueden tirar de la economía es la defensa. Señaló que su peso en el PIB es
modesto, pero resaltó su capacidad en I+d+i.
Informe de CCOO y UGT
A continuación intervinieron los secretarios generales de MCA-UGT y de CCOO de
Industria, Carlos Romero y Agustín Martín, respectivamente, que trasladaron las
principales conclusiones del informe realizado por ambos sindicatos sobre la
industria de defensa y seguridad en España.
Carlos Romero opinó que es necesario planificar una política de defensa colectiva,
fortalecer la industria de defensa y potenciar el mercado interno y las capacidades.
Lamentó que se haya perdido una década desde la creación de la Agencia Europea
de Defensa y reclamó que recupere el papel para el que ha sido creada.
Exigió al Gobierno una política de Estado de defensa y de fortalecimiento de su
industria. Recordó que la Agenda para el Fortalecimiento de la Industria contempla
el papel de este sector, la necesidad de que sea tractor de la economía y pidió que
ayude al tejido empresarial y, en especial, a las pymes a participar del mismo, a la
vez que exigió la creación de empleo estable y con derechos.
Agustín Martín recordó lo objetivos de estas jornadas por parte de los sindicatos:
situar en su lugar al sector de la industria de defensa. Indicó que ahora que todo el
mundo coincide en reforzar la industria, es necesario destacar el papel del sector de
defensa y su imbricación con la industria civil.
Opinó que tenemos que empezar a concretar políticas sectoriales y que es el
momento oportuno para situar el debate sobre el futuro de la industria de defensa
española. Puso como ejemplo a seguir el modelo de Airbus, especialmente para
otros sectores como el naval.
Consideró que la política industrial no se puede improvisar y que debe ser una
política de Estado. Aseguró que el papel de Estado es fundamental, incluida la
participación en el accionariado empresarial.
El contexto nacional y europeo en la industria de defensa y seguridad
En la primera mesa de debate, moderada por José Campos, secretario de
Institucional de CCOO, y que giró en torno a la industria de defensa y seguridad en
el contexto nacional y europeo, los ponentes debatieron sobre la necesidad de una
estrategia nacional para el sector.
Coincidieron en que es necesaria, como se señala en el informe de los sindicatos,
una política de Estado de defensa y seguridad que trascienda de la alternancia
política. En este sentido, opinaron que es necesario el establecimiento de una Ley
de Programación que contemple las inversiones de defensa de una manera
transparente, plurianual y estable.
Sobre la Política Común de Defensa y Seguridad y el Mercado Europeo de Defensa,
debatieron sobre si es posible o no desarrollar un verdadero Mercado Europeo de
Defensa sin que exista previamente una auténtica Política Común de Adquisiciones
para Europa.
También discutieron respecto a si la Comisión es el órgano europeo adecuado para
liderar el Mercado Europeo de Defensa o debe ceder ese papel a los Estados o, en
su caso, a la Agencia Europea de Defensa. Además, debatieron sobre si es posible
una Europa de la Defensa sin programas de colaboración europeos a la vista.
Vicente Ferrer, del Partido Popular, tras destacar el papel fundamental de los
sindicatos en la defensa de los intereses de los trabajadores, opinó que el sector
que se propuso para el debate es una prioridad del Gobierno y defendió un pacto de
Estado sobre defensa que se desarrolle posteriormente a través de programas
estables. Señaló que el Ministerio de Defensa trabaja en la concentración del sector.
Víctor Morlán, del PSOE, que destacó el contenido del informe de los sindicatos,
defendió una política europea de defensa y racionalizar esta industria. También
abogó por un mercado europeo de defensa. Consideró que es necesaria una
política de Estado sobre el sector porque no existe en España, pero que no ha sido
posible alcanzarla por el Gobierno. Aseguró que su partido está abierto a hablar de
esta materia.
Carlos Bastarreche, director de Relaciones Institucionales de Airbus, opinó que la
estabilidad presupuestaria es importante pero no suficiente y que es necesario un
mayor esfuerzo y alcanzar el 2% del PIB. Señaló que el Estado tiene que destinar
recursos a la investigación y desarrollo, y que hay que asegurar la cadena de
suministro de esta industria y, en concreto, del sector aeronáutico.
Carlos Suárez, director general de INDRA, que resaltó la calidad del informe
realizado por los sindicatos, defendió un pacto de Estado que dote de estabilidad al
sector y del consenso necesario, que a su juicio ahora no existe, y demandó a los
partidos parlamentarios ese consenso. Coincidió con Bastarreche en que la
inversión en defensa debe alcanzar el 2% del PIB y la necesidad de una
planificación en las compras, establecer una política industrial y determinar los
puntos estratégicos. Denunció que desde hace 12 años no existen programas de
entidad en el sector de defensa.
José Manuel Revuelta, presidente de Navantia, que también destacó la calidad del
informe que se presentó en las jornadas, defendió que las empresas públicas tienen
que ser competitivas para hacer un uso racional de los recursos públicos, y en el
caso de Navantia, supone un cambio de mentalidad, de actitud, de hábitos y de
cómo hacer las cosas, también en las industrias auxiliares, cuyo papel destacó.
Resaltó el diálogo y la capacidad de negociación de CCOO de Industria y MCAUGT.
La industria de defensa y seguridad en la economía
Los ponentes de la segunda mesa, moderada por Julián García Vargas
Menéndez, presidente de honor de TEDAE, que versó sobre la industria de defensa
y seguridad en la economía y el desarrollo tecnológico español, concluyeron que el
sector debe ser uno de los elementos clave en la reindustrialización de España.
También discutieron sobre si, dadas las peculiaridades del sector, es necesaria una
política industrial específica para defensa y sobre qué modelo industrial debería
tener España.
Consideraron clave, como señala el informe de los sindicatos, la apuesta por la
formación y la capacitación de los trabajadores del sector. Del mismo modo
opinaron que la innovación es la ventaja competitiva más duradera y consideraron
que en España la Administración y las empresas tiene que hacer un mayor
esfuerzo adecuado en esta materia. Y coincidieron en destacar la capacidad de
integración de las empresas.
Además, debatieron sobre si España debe apostar por la especialización
tecnológica en algunos nichos estratégicos o concentrarse en competir en costes en
el reparto de la producción industrial de grandes multinacionales.
También hablaron acerca de qué instrumentos deberían implementarse para
“captar, desarrollar y retener” el talento innovador en defensa.
Máximo Blanco, secretario de Estrategias Industriales de CCOO de Industria,
criticó la ausencia de una política industrial de defensa y la dispersión de
programas, como en el caso de I+d+i. Resaltó el problema de vínculo entre la
empresa y la Universidad de cara a la capacitación y formación de los trabajadores
y de cara al futuro de las empresas.
José María Ángel, del PSOE, destacó el informe de los sindicatos y resaltó que
hubiera deseado que hubiera partido del Gobierno. Consideró necesaria una política
industrial en su conjunto y puso en valor el papel de la defensa en la sociedad, y la
necesidad de asegurar el retorno de la investigación.
Juan Antonio Castillo, presidente de HISDESAT, reclamó un organismo
coordinador para la industria de defensa y destacó la necesidad de una conexión
operativa.
Antonio Bueno, consejero delegado de Santa Bárbara Sistemas, destacó el
contenido del informe de los sindicatos y el elevado grado de coincidencia con el de
todos los actores del sector. Opinó que los apoyos a la inversión que está
realizando el Gobierno son muy acertados. Consideró que es clave en el impulso de
la industria y que debe existir una política industrial para este sector.
Andrés Sendagorta, vicepresidente de SENER, destacó su coincidencia con el
documento de los sindicatos. Alertó del riesgo de descapitalizarnos de talento que
puede emigrar a otros países. Consideró que no debemos competir con precio sino
con tecnología y en calidad. Coincidió en la necesidad de que exista una política
industrial de defensa, pero advirtió de los problemas a la hora de concretarla. Opinó
que la situación de nuestra industria de defensa es insostenible sin asegurar un
mercado interno. Resaltó la importancia de la formación y la capacitación de los
trabajadores del sector.
Conclusiones de la jornada
Las conclusiones de la jornada corrieron a cargo de Antonio Martínez, profesor de
Economía Aplicada de la Universidad Rey Juan Carlos, que fue presentado por
Manuel García Salgado, secretario de Política Sectorial de MCA-UGT. Martínez
destacó el trabajo de los sindicatos y ser un ejemplo para tomar la iniciativa y la
responsabilidad. Consideró que los sindicatos, la Administración, las fuerzas
armadas y las empresas han ido un paso más allá al coincidir en que hay que
concienciar a la sociedad de la importancia de este sector.
El profesor de Economía Aplicada de la Universidad Rey Juan Carlos advirtió de
que nos enfrentamos a un cambio de paradigma que afecta a todas las políticas
públicas, de manera que sólo será admitida por la sociedad una inversión pública si
se convierte en una inversión productiva, un gasto público sólo se vera como útil si
se transforma en inversión productiva y en empleo.
Martínez consideró que es un sector de alto riesgo e incertidumbre, por lo que la
Administración tiene que invertir en esta industria y dar seguridad. Destacó que la
defensa es un mercado político y productivo, y por ello se echa en falta un pacto de
Estado en defensa y una política de comunicación que sensibilice a la sociedad
sobre la necesidad de invertir en defensa. Sobre la Ley de Programación, se mostró
convencido de que ésta demostraría el compromiso político con la industria y la
sociedad.
Reclamó la creación de un polo de tecnología, que mejorará la competitividad, el
empleo, el tejido empresarial, la cooperación entre las empresas y las
administraciones públicas.
El general de brigada Arturo Alfonso Meiriño, subdirector de Relaciones
Internacionales DGAM, clausuró la jornada destacando su valor añadido y el papel
promotor y organizador de las mismas de los sindicatos y TEDAE.
Meiriño señaló los retos del sector, los factores que impactan en ellos, o los pasos
que están dando la UE en materia de cooperación en defensa, en un contexto
presupuestariamente restrictivo, o las líneas de trabajo de la OTAN. Destacó las
siete áreas de actuación de la hoja de ruta de la Unión.
Principales magnitudes sobre el sector de defensa y seguridad
• 5.500 millones de euros de facturación.
• Empleo directo: 19.645 trabajadores.
• I+D+i: 10% de lo facturado.
• Exportación: 60% de lo producido.
• El sector es 2,6 veces más productivo que la media nacional.
• Cada euro invertido en defensa genera 2,5 euros de actividad económica.
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