CCOO denuncia que, con el reparto del beneficio
extraordinario, se consuma la expropiación de
Endesa que inició Aznar y que termina Rajoy
Para este sindicato es prioritario debatir sobre la necesidad de disponer de un operador
público que intervenga en el sector y en el mercado de la energía
En un momento en el que la sociedad española asiste indignada a los continuos
escándalos y corruptelas que las élites políticas y empresariales cometen con la
absoluta inactividad del Gobierno del PP, se acaba de producir uno de los
mayores escándalos financieros e industriales desde la Transición. Endesa ha
repartido entre sus accionistas 14.606 millones de euros: 8.253 procedentes de la
venta de sus empresas americanas a su matriz Enel y los 6.253 restantes de un
dividendo extraordinario.
29 de octubre de 2014
El reparto de dividendo que hoy ha hecho efectivo Endesa a sus accionistas es, en opinión de
CCOO de Industria, el resultado de una práctica inaceptable en una empresa regulada de un
servicio público esencial como es la electricidad. Este sindicato denuncia que, mientras se
producen desatinos de esta envergadura, el Gobierno de Mariano Rajoy calla y otorga.
Tras aprobarlo la Junta General de Accionistas y la Comisión Nacional del Mercado de Valores,
Endesa ha empezado a repartir esta mañana 14.600 millones de euros de dividendo a sus
accionistas. La eléctrica ya ha anunciado que a finales de año repartirá otros 7.400 millones por
la venta, a través de una OPV, del 22% de la compañía.
Si a estas cantidades le sumamos los beneficios de los seis últimos años desde que ENEL se
hizo con el control de la eléctrica española, ya se han distribuido 16.200 millones de euros en
dividendos. En seis años, ENEL habrá recaudado cerca de 38.200 millones (valor semejante al
que tuvo que desembolsar por su compra y por debajo del valor bursátil de la compañía),
manteniendo casi la totalidad de sus activos, un auténtico negocio que le ha permitido recuperar
la inversión realizada.
CCOO de Industria denuncia que la operación financiera que ENEL está realizando con Endesa
va a convertir a la primera eléctrica del país en una empresa sin capacidad de crecimiento, al
eliminar tanto la generación renovable como la inversión en mercados de futuro. La empresa
practica la política del corto plazo. Maximiza los beneficios en la explotación de lo existente y
con una reducción de costes. Esta política empresarial, advierte el sindicato, ha provocado una
reducción de las inversiones materiales, tanto en distribución como en generación, que ha
generado un deterioro en la calidad del servicio y una reducción de los costes laborales.
La pérdida de volumen de Endesa se acompaña con la aplicación de una política de
centralización de actividades transversales en Italia, lo que significa pérdida de actividad y de
empleo asociado, así como pérdida del negocio inducido que genera todo grupo industrial
En opinión de CCOO de Industria, la repercusión para el ciudadano es evidente. Por una parte se ha producido una
pérdida de la fiscalidad de los beneficios del grupo. Los beneficios que se obtenían por la explotación de las
inversiones realizadas en Latinoamérica, y que rendían tributo en España, se pierden a partir de ahora (no
olvidemos que es cerca del 30% de la compañía). Además, la pérdida de toma de decisión y de las actividades
transversales es pérdida de empleo directo e indirecto, a través de trabajadores directos y de subcontratas,
proyectos o materiales que de forma indirecta se generan allí donde se gestiona. A esto se suma la pérdida de
calidad del servicio, por reducción de costes en inversiones.
CCOO advierte de que todo ello se produce en un sector de servicio público esencial para el desarrollo del país y la
vida de los ciudadanos, un sector que, a nivel europeo, está fundamentalmente en manos de empresas públicas.
Parece que al Gobierno de España, que no se ha pronunciado sobre el asunto, le es indiferente el debilitamiento de
un sector regulado, la descapitalización, la pérdida de recursos y el decrecimiento a futuro en actividad y empleo.
Para CCOO de Industria, este es el resultado de la políticas liberalizadoras del Gobierno, del “poder de mercado” y
de la “marca España”, conseguir que una empresa pública, con ingentes beneficios, propiedad de todos los
ciudadanos españoles, se haya convertido en una empresa descapitalizada, sin capacidad de crecimiento, con
pérdida de actividad y empleo, que ha acabado sometida a las órdenes y a los intereses de la pública ENEL,
propiedad del pueblo italiano.
El fracaso constatado de estas políticas de privatización, de libre mercado y de falsa competencia, causantes de
altos precios de la electricidad, caída de la competitividad de las empresas y pobreza energética, deben llevar a la
reflexión sobre las alternativas para poner punto final a estas prácticas. Debatir sobre la posibilidad y necesidad de
un operador público que intervenga en el sector y en el mercado de la energía es prioritario para CCOO, en un tiempo en el que es posible un cambio político de envergadura
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